Camilo Santibáñez Rebolledo 1
Profesor de Historia y Geografía
Docente en el Departamento de Historia
Universidad de Santiago de Chile
Escuela de Gobierno y Gestión Pública
de la Universidad de Chile
Esta columna fue escrita en una semana especialmente álgida y, debido a nuestros permanentes intercambios sobre la contingencia, soy incapaz de distinguir el límite entre mis propias ideas y las de Camila Aguayo León, a quien agradezco. Por supuesto, soy el único responsable de lo escrito aquí.
I
El 4 de septiembre se votará la aprobación o el rechazo del texto redactado por la Convención Constitucional durante el último año en Chile 2 . Hasta ahora, los pronósticos se mecen en la incertidumbre 3 , lo que ha favorecido la instalación de apellidos reformistas (“aprobar para reformar”, “rechazar para reformar”) promovidos por los mismos partidos 4 , cuyo rol transicional pareció quedar sepultado bajo la masividad y la radicalidad de la revuelta y su corolario constituyente el 2019-20215 .
En este contexto, los párrafos siguientes proponen un análisis e interpretación de lo que constituye, a mi juicio, el principal problema para la clase trabajadora que abrió aquel proceso con su capacidad de protesta y heterogeneidad reivindicativa; y, con ello, el principal riesgo para la izquierda que apuesta por su protagonismo legislativo tras el plebiscito6 . Esto es: el divorcio entre las colectividades que encarnaron institucionalmente aquellas reivindicaciones ⎼buena parte de las cuales se encuentran agrupadas en Movimientos Sociales Constituyentes7 ⎼ y los partidos de izquierda que actualmente componen el gobierno8 .
II
En función del carácter sumario de este apunte, daré por entendida una serie de antecedentes del proceso chileno, con excepción de tres premisas cruciales.
La primera, objetiva, es que, pase lo que pase el 4 de septiembre, el curso iniciado con la revuelta del 2019, procesado en la Convención Constitucional y en sus eventos plebiscitarios, ingresará en un campo de disputa inéditamente tradicional; principalmente radicado, de hecho, en un Congreso de mayoría conservadora9 y ⎼salvo excepciones, como Fabiola Campillai en el Senado 10 y Andrés Giordano en la Cámara de Diputadas y Diputados11 ⎼, sin representación de los movimientos sociales. Para ser optimista y concreto, llamaré, aquí, “implementación legislativa” a dicho proceso.
La segunda, circunstancial, pero al parecer cristalizada, es la lectura oficialista del enfrentamiento electoral del 4/9. Para resumirlo en tres líneas, el Comando Aprueba X Chile ⎼conducido por parlamentarios y parlamentarias de gobierno 12 ⎼, asume que la clave del triunfo plebiscitario radica en conquistar a las y los indecisos, razón por la cual definieron hablarle al centro y reducir sus temores. Ello, al punto de intentar consensuar compromisos legislativos que reduzcan el impacto que producen determinados tópicos como la propiedad privada, el aborto y la autodeterminación indígena13 .
Frente al 4 de septiembre, pero sobre todo frente al 5, la aprobación y la implementación del nuevo texto constitucional constituyen una disputa urgente y al mismo tiempo histórica. Lo que implica hacerse cargo de una cuestión tan apremiante como vieja. A saber: que, en este nuevo escenario institucional, ni la clase trabajadora ni su expresión socialmente organizada, por un lado, ni la izquierda en el congreso ni el gobierno, por otro, podrán, por sí solas, conseguir avances programáticos relevantes. Lo que al fin está en juego en Chile, sin embargo, justifica retomar los esfuerzos semejantes, con todas sus complicaciones, interrumpidos por la dictadura hace medio siglo.
La tercera premisa, en tanto, es la relativa al hastío que, en mi percepción, ha venido labrándose y explicitándose entre las trabajadoras y trabajadores organizados. Un agotamiento originado en la tensión expectativa-impaciencia, producida tras el apoyo que le brindaron a Gabriel Boric, para luego encontrarse con el mismo comportamiento de los gobiernos previos en la mayoría de los Ministerios ⎼con la excepción del de Trabajo⎼. En general, los dirigentes sindicales han ido endureciendo el tono y transitando de la petición de señales políticas, a la alerta sobre determinados personeros concertacionistas y su rol en el manejo de los conflictos. Lo que, considerando la fuerte asociación popular entre el desempeño del gobierno y la aprobación del nuevo texto constitucional, puede estar anunciando la anulación por parte de votantes que le dieron el triunfo a Boric. Cuestión que, por lo señalado en la premisa previa, no parece suscitar alarmas en el oficialismo.
Desde mi perspectiva, la combinación de las dos últimas premisas es altamente corrosiva para el triunfo plebiscitario el 4 de septiembre; y tanto o más para el 5 y la coyuntura resultante.
III
Dije arriba que el principal problema para la clase trabajadora que abrió el proceso constituyente y para la izquierda que entiende y apuesta por la relevancia de su protagonismo legislativo, está dado por el divorcio entre aquellos partidos de gobierno que ⎼en cualquier grado⎼ adhieren a esta última tesis y las colectividades que encarnaron institucionalmente las reivindicaciones instaladas a través de la revuelta. Sobre estas últimas, únicamente indiqué que algunas se encuentran agrupadas en Movimientos Sociales Constituyentes; la orgánica, en mi impresión ⎼y por lo mismo⎼, más relevante fuera del gobierno. Sin embargo, es igualmente cierto que no cuentan con representación alguna en el Congreso.
Esto último, entonces, redunda en su principal problema de cara al proceso de implementación legislativa; un problema doble si se atiende a su falta de instrumento partidista. Sin embargo, y aunque la Lista del Pueblo puede considerarse un primer intento fallido para resolverla 14 , no tengo demasiado claro que los Movimientos Sociales Constituyentes consideren esta falta de instrumento como una necesidad. Hace pocos días, de hecho, otras y otros exconvencionales de izquierda se agruparon ⎼para publicar una carta crítica⎼ con un grupo de alcaldes sin partido. El problema, claro está, es que se trata de autoridades cuya incidencia en el proceso de implementación es, formalmente y en los hechos, ilusoria15.
En la misma línea, es importante señalar que la relación de los Movimientos Sociales Constituyentes con los partidos de izquierda en el gobierno es de mutua desconfianza, justificada ⎼como es lógico⎼ en la pérdida de autonomía y gobernabilidad, respectivamente. Lo que, a fin de cuentas, prolonga la falta de incidencia institucional en el caso de los primeros y la débil presencia de los segundos en las organizaciones populares reivindicativas.
Suponiendo que estén de acuerdo en el problema indicado en el párrafo previo, dicha situación impone retos significativos para ambos sectores. El más urgente de los cuales ⎼a mi entender⎼ es la habilitación de un funcionamiento que, atendiendo a sus distintos roles actuales, potencie la disputa y la defensa articulada de las reivindicaciones programáticas populares.
La señal más acertada en esta dirección es la carta “Nueva Constitución: El Congreso de cara al Pueblo” 15, publicada (mientras escribía esta nota) por un grupo de “parlamentarias y parlamentarios provenientes de movimientos sociales”, encabezados por el diputado Giordano y la senadora Campillai antes mencionados, más otras y otros independientes y también pertenecientes a los partidos de izquierda en el gobierno. En la misiva, enfatizan la relevancia de “respetar el proceso constituyente” y hacerse cargo de “las personas comunes, que no pertenecen a una orgánica, pero necesitan urgentemente mejorar sus condiciones de vida”. Lo que particularizan en trabajo decente, salarios justos, vivienda digna, educación y salud gratuita y de calidad, seguridad social y pensiones suficientes, agregando:
Es nuestra responsabilidad entregar las certezas para que esta discusión desborde las paredes del Congreso (…) siguiendo el espíritu que nos llevó en un principio a exigir en las calles un nuevo texto que deje atrás los cerrojos que llevan treinta años frenando las transformaciones […]
Nuestro llamado es a centrar el debate en cómo garantizamos que los movimientos sociales y las personas que no están representadas en los partidos políticos ⎼quienes tuvieron rol fundamental en el proceso constituyente⎼, sean parte de la etapa posterior al Apruebo.
Posibilitada por la legitimidad social de los parlamentarios convocantes: un dirigente sindical y una afectada por la represión policial durante la revuelta, la carta no solo concitó el respaldo de otros y otras diputadas oficialistas, sino que impactó en un debate que, hasta entonces, estaba siendo acaparado de forma excluyente por los partidos. Reposicionando, así, el rol de las organizaciones reivindicativas en el debate sobre la implementación legislativa, y anunciando, en ello, la voluntad de trabajar en conjunto. Un objetivo que, de materializarse, permitiría entablar, ajustar y ⎼ojalá⎼ institucionalizar los mecanismos colegislativos de una forma inédita en la postdictadura. Es decir, revirtiendo la supeditación en sus distintas variantes clientelares y promoviendo el fortalecimiento de las organizaciones sociales.
IV
Puesto en términos más amplios, el razonamiento presentado en los apartados previos propone, primero, que el triunfo plebiscitario requiere la cobertura de distintos flancos; que los parlamentarios oficialistas están apostando a la conquista del voto centrista indeciso, y que, por incapacidad o decisión, la vinculación entre las colectividades que encarnaron las reivindicaciones sociales durante el proceso constituyente y quienes protagonizarán la implementación legislativa sigue siendo una tarea pendiente, cuestión que comporta un serio riesgo para el 4 de septiembre. Pero, además, impone una obligación para quienes apuestan por el protagonismo popular en el proceso legislativo tras el plebiscito. No en términos morales, sino políticos: tácticos y estratégicos. Porque la renuncia a la colegislación es también el ensombrecimiento del potencial transformador de la clase trabajadora y de su mejor herramienta democratizadora: la protesta violenta.
Por esto, frente al 4 de septiembre, pero sobre todo frente al 5, la aprobación y la implementación del nuevo texto constitucional constituyen una disputa urgente y al mismo tiempo histórica. Lo que implica hacerse cargo de una cuestión tan apremiante como vieja. A saber: que, en este nuevo escenario institucional, ni la clase trabajadora ni su expresión socialmente organizada, por un lado, ni la izquierda en el congreso ni el gobierno, por otro, podrán, por sí solas, conseguir avances programáticos relevantes. Lo que al fin está en juego en Chile, sin embargo, justifica retomar los esfuerzos semejantes, con todas sus complicaciones, interrumpidos por la dictadura hace medio siglo.
Santiago, a tres semanas del plebiscito de salida.
1 Correo electrónico: sntibaez@gmail.com
2 Toda la información sobre la Convención Constitucional, incluyendo el texto definitivo, en la página oficial: https://www.chileconvencion.cl/
3 Una página que reúne y recopila las diferentes encuestas, con actualización semanal, es Decide Chile: https://www.decidechile.cl/articulos-blog/encuestas
4 Una nota panorámica reciente puede leerse en El Mercurio, “Los acuerdos, las disputas y las negociaciones: En qué están el Apruebo y el Rechazo ‘para reformar’ a un mes del Plebiscito”: https://www.emol.com/noticias/Nacional/2022/08/04/1068951/aprobar-rechazar-reformar-constitucion-compromisos.html Sobre la efectividad de este impulso partidista, ver la nota aparecida en El Desconcierto el mismo día que fue enviada esta columna: “Encuesta Data Influye: 52% está por el Apruebo o el Rechazo con reformas”. En: https://www.eldesconcierto.cl/nacional/2022/08/10/encuesta-data-influye-52-esta-por-el-apruebo-o-el-rechazo-con-reformas.html
5 Para la/el lector no familiarizado con las protestas del período señalado, los periodistas Laura Landaeta y Víctor Herrero publicaron una exhaustiva crónica: La revuelta. Las semanas de octubre que estremecieron Chile, Santiago: Editorial Planeta, 2021. Un trabajo compilatorio, escrito por una decena de historiadoras e historiadores, en: Camilo Santibáñez y Luis Thielemann (editores), Revueltas. Disturbios y lucha de clases en la metrópolis (Chile, siglos XX-XXI), Valparaíso: Editorial América en Movimiento, 2021. La revista chilena que registró y concentró buena parte de las discusiones contingentes -incluyendo una serie de editoriales y números especiales- es Rosa: https://www.revistarosa.cl/
6 Lógicamente, me refiero a la clase trabajadora en el más amplio de los sentidos y, por ende, considerando tanto su expresión organizada como no organizada. He desarrollado esta idea en otras columnas, principalmente en “¿De la revuelta a un nuevo pacto transicional? Sindicatos, clase y política”, en: https://www.revistarosa.cl/2020/06/01/rosa-02-de-la-revuelta-a-un-nuevo-pacto-transicional-sindicatos-clase-y-politica/; y “Sobre las presas y presos de la revuelta. Notas historiográficas”, en: https://www.revistarosa.cl/2020/05/18/sobre-las-presas-y-presos-de-la-revuelta-notas-historiograficas/
7 Toda la información sobre esta colectividad en su página oficial: https://movimientossocialesconstituyentes.cl/
8 Una buena guía para los lectores y lectoras no familiarizadas con la política y el gobierno chileno puede leerse en la nota sobre el gabinete actual, publicada en Pauta, “Dos coaliciones y un Presidente: la división de poder que deberá administrar Boric”, en: https://www.pauta.cl/politica/boric-gabinete-presidente-dos-coaliciones-apruebo-dignidad-ps-poder-pc También ver la nota aparecida en El Mercurio, “El peso de cada partido del oficialismo ampliado en los puestos de primera línea del futuro Gobierno de Boric”: https://www.emol.com/noticias/Nacional/2022/02/02/1045626/peso-partidos-oficialismo-ampliado-boric.html
9 Una síntesis y buena guía, es la nota aparecida en Pauta, “Quién es quién en el nuevo Congreso: ganadores, perdedores y novedades”: https://www.pauta.cl/politica/quien-es-quien-en-el-nuevo-congreso-ganadores-perdedores-y-novedades
10 La reseña parlamentaria de la senadora Fabiola Campillai, en: https://www.bcn.cl/historiapolitica/resenas_parlamentarias/wiki/Fabiola_Campillai_Rojas
11 La reseña parlamentaria del diputado Andrés Giordano, en: https://www.bcn.cl/historiapolitica/resenas_parlamentarias/wiki/Andr%C3%A9s_Giordano_Salazar
12 Una nota crítica e introductoria en El Mostrador, “Los rostros de la campaña de ‘Aprueba x Chile’ y la vía paralela de las organizaciones de la sociedad civil”, en: https://www.elmostrador.cl/destacado/2022/07/22/los-rostros-de-la-campana-de-aprueba-x-chile-y-la-via-paralela-de-las-organizaciones-de-la-sociedad-civil/
13 La cobertura periodística de aquello se puede leer en La Tercera, “‘Apruebo para concretar’: El borrador del Frente Amplio en que compromete leyes de implementación en 12 puntos si se aprueba la nueva Constitución”: https://www.latercera.com/politica/noticia/apruebo-para-concretar-el-borrador-del-frente-amplio-en-que-compromete-leyes-de-implementacion-en-12-puntos-si-se-aprueba-la-nueva-constitucion/3ACXUBHY5JGTLP6TK3J7CCJ5VM/
14 Sobre el auge y la decadencia de la Lista del Pueblo, una nota general en La Tercera, “De 27 a ninguno: Por qué ya no existe la Lista del Pueblo en la Convención”. En: https://www.latercera.com/la-tercera-sabado/noticia/de-27-a-ninguno-por-que-ya-no-existe-la-lista-del-pueblo-en-la-convencion/RITG7F5XTJFR3EHCA2MRANBXEQ/
15 Radio Biobío, “Dura carta de alcalde Sharp, exconvencionales y dirigentes indígenas pide aprobar “sin condiciones”, en: https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2022/08/09/dura-carta-de-alcalde-sharp-exconvencionales-y-dirigentes-indigenas-pide-aprobar-sin-condiciones.shtml
16 La carta puede leerse de forma íntegra en: https://twitter.com/AndresGiordanoS/status/1557840575109513218
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